sábado, 10 de febrero de 2018

El PCE de León llama a participar en las movilizaciones del 22 de febrero en defensa de las pensiones públicas

El PCE de León se suma y convoca a participar en las movilizaciones previstas para el 22 de febrero en defensa de las Pensiones Públicas. En León capital está prevista a las 20:00 horas en la plaza de la Inmaculada, enfrente de la Subdelegación del Gobierno. Las movilizaciones tienen dos consignas claras: subida de las pensiones y la lucha por un futuro sistema de Seguridad Social Público y Universal de garantías para todas y todos.

Según Rubén Darío, Secretario provincial del PCE, “asistimos con estupefacción al ataque interesado del neoliberalismo español al sistema público de pensiones, mediante el miedo y la falsa creencia de que es insostenible”. Para el PCE, el gobierno y la banca pretenden, “una vez más”, hacer negocio con las Pensiones Públicas: “110 mil millones de euros anuales de recaudación por cotizaciones sería un buen botín para el sector privado”, argumentan. Para la formación la estrategia de la oligarquía pasa porque las personas se animen a buscar alternativas en el negocio privado de pensiones y para ello,  “no dudan en deteriorar el sistema público, como hacen con la sanidad, para que lo privado sea más atractivo”. Rubén Darío afirmó que el gobierno del PP utiliza la Constitución según le conviene y “parece una agencia de publicidad de los oligopolios, demostrando su incapacidad defender lo público, más bien todo lo contrario”.

El déficit provocado por las decisiones políticas de los gobiernos de Zapatero y Rajoy, las reformas laborales que han provocado despidos, reducción de los salarios y a su vez de las cotizaciones sociales, están entre los motivos de la actual situación para el PCE. Medidas que solo han beneficiado a los empresarios, y sin embargo han tenido un nulo impacto sobre el crecimiento de empleo afirman. Un hecho es claro, hoy se recaudan 15.000 millones de euros menos que hace 9 años, con prácticamente el mismo número de personas cotizantes.

El gobierno de Rajoy vació la hucha de las pensiones axfisiándola en sus ingresos. “No fue la crisis lo que provocó el déficit, sino las políticas de austericidio aplicadas por el gobierno de Rajoy”, afirma Rubén Darío, quien recuerda que “el problema no es que se paguen pensiones altas, sino que se han dinamitado los ingresos a la Seguridad Social”. El gasto público en las pensiones españolas es un punto porcentual del PIB inferior a la media europea y la mitad de las pensiones son inferiores a 800 euros.

El PCE lanza una batería de medidas para solucionar el déficit, que pasan por incrementar los ingresos por cotizaciones sociales. “No debemos olvidar que se trata de salarios diferidos”, recuerdan. Sus propuestas pasan por perseguir el fraude laboral, (contratos no registrados, temporales, falsos autónomos, etc.), la eliminación del tope máximo de cotización (como la de ejecutivos de la banca y futbolistas, por ejemplo, que cobran cifras astronómicas y no cotizan en proporción a sus ingresos), eliminación de las bonificaciones en cotizaciones sociales a los empleadores (que nos cuestan el 0,4% del PIB), aumentar las prestaciones por desempleo (volver a permitir que los parados de más de 52 años coticen y hacer lo mismo con estudiantes en prácticas y becarios/as), elevación del salario mínimo y la creación de empleo de calidad.

Ante esta última medida se muestran tajantes: “si el sector privado no es capaz de hacerlo, que lo haga el sector público”. Para el PCE con estas medidas se podrían aumentar las pensiones mínimas, volver a indexar la revalorización de las pensiones al IPC y reducir la edad de jubilación por debajo de los 65 años.

Por último, la organización comunista ha lanzado un mensaje a las y los trabajadores leoneses, advirtiendo que los planes de pensiones privados no tienen nada que ver con las pensiones, pues, argumentan, son fondos de inversión con los que los bancos hacen negocios, con la falsa creencia de que revertirán beneficios.

Además manifiestan que los fondos privados son “injustos e insolidarios”, frente al sistema público que contribuye a reducir las desigualdades sociales. Más si cabe, cuando “la mayoría de las familias no tienen capacidad de ahorro y por lo tanto no pueden acudir a los fondos privados”, concluyen.